Gibraleón volvía a llenarse de color en la tarde del pasado miércoles con la llegada de la Hermandad del Rocío de Gibraleón. Una llegada entre cantes por sevillana y vivas a la Virgen que ponía fin a la Romería de 2018. Numerosos olontenses se echaron a la calle para recibir a hermandad filial y a los numerosos rocieros que sueñan ya con la extraordinaria de la Virgen del próximo mes de septiembre. En torno a las nueve horas de la tarde la Hermandad hacía su entrada en la localidad por el itinerario habitual, entrando por la calle Estación y bajando la Avenida del Santísimo Cristo de la Sangre, para llegar al Palo Dulce donde realizó su encuentro con el monumento de la Virgen del Rocío. La carreta lucía un espectacular exorno floral a base de anthuriums rojos, margaritas, estátices, solidago y trigo. Sobre las nueve y media de la tarde llegaba a las puertas de la Iglesia del Carmen donde era recibida por la Hermandad del Señor de la Sangre. Sobre las diez de la noche hacía su entrada en la Plaza de España donde se procedió al nombramiento del nuevo hermano mayor cuyo privilegio cayó en D. Antonio Borrero quién relevará a Dª Socorro Soriano